Apasionada por los desafíos
Casada durante 11 años con un empresario cuya pasión es ayudar a construir un mundo mejor; Madre de tres hijos: dos hijas (Luciana, 7 años y Emilia, 5 años) y un hijo (Álvaro, 1,5 años). Profesión: Abogada – Diplomado en Derecho Empresarial y Derecho Fiscal por la Universidad de Monterrey (UDEM). Primera mujer presidenta de la Asociación Nacional de Abogados de Empresa (ANADE). Director jurídico y jefa de varios departamentos jurídicos de grupos de empresas.
Con su marido, pertenece a la Federación de Familias de México.
La experiencia de ser hija de mi madre y de mi padre. Un gran contraste y excelente combinación para mí (ahora ya maduro) punto de vista. Fui educada por una madre sumamente dura, exigente, perfeccionista, preocupada, claridosa que me enseño el gusto en servir en general pero también a mi papa y a mi hermano (los hombres de la casa), me enseño todas las labores domésticas de una manera que, para algunas amigas, cuando éramos pequeñas, consideraban maltrato estilo Cenicienta (lol), pero también me enseñó a conocer a Dios y a amar a la Virgen. Gracias a ella la vida se me hace más fácil de lo que para muchos es, yo le digo que me entreno bien para la parte dura de la vida. En cambio, mi papá, me consintió mucho, me hizo sentir siempre la niña más especial, siempre ha sido muy caballeroso conmigo y sus ojos brillan cuando me ven, de ahí viene mi seguridad y autoestima para después crecer y con conocimiento y experiencia ir creando mi propio criterio del feminismo en su correcta definición, un feminismo sano para la convivencia humana, respetando nuestra naturaleza, sano para el propio género y para el crecimiento de conciencia del mundo.
Y claro no pueden faltar mis tantos obstáculos vencidos al escalar los peldaños en mi carrera profesional en un mundo que nos hacen creer equitativo, pero aún no lo es y mucho menos en México. En este camino no puedo dejar de mencionar 4 hombres por lo general mis jefes con los que me cruce en este camino y que creyeron en mí, en mi potencial y pensaron diferente a los demás respecto de poner al mando en temas jurídicos de grupos grandes de empresas a una mujer.
Dios es parte de mi vida desde que tengo memoria. Siempre ha estado presente enviándome señales y yo atenta a verlas en cada cosa, desde muy pequeña tuve una intuición muy enfocada a sus mensajes. A los 8 años en el peor momento de mi vida, la oración y su cobijo me ayudaron a sobre llevar la enfermedad de mi madre, acompañándome a crecer con mucha ausencia de su parte por un lado y mucha exigencia al mismo tiempo. A la misma edad en un sueño vi la más hermosa imagen de Jesús y lo sentí como un llamado a conocerlo más e invitarlo siempre. En cada problema que se me presentaba, lo primero que hacía era rezar y después actuar, eso era algo muy natural para mí y no recuerdo cuando lo aprendí, pero siempre funcionaba, por lo tanto, mi confianza en él se desarrolló de maravilla.
Durante mi camino profesional, al convertirme en Director Jurídico de una transnacional (mi sueño profesional a alcanzar cuando iniciaba mis estudios), hubo muchos momentos en que todo me decía que debía vencerme, si les platicara no acabamos, pero en especial una de las situaciones más fuertes que tuve de acoso sexual me trajo algo hermoso, obviamente renuncié y estaba tan triste pensando que mi inteligencia no era suficiente, que quizá mi carrera ya no podía seguir por que no era buena abogada o por mi propia seguridad, etc.
Esa situación me marcó para siempre, gracias a Dios de una forma positiva, más bien, de la forma más hermosa que alguien pudiera aspirar a vivir alguna vez en su vida, por más loco que se lea, recibí un mensaje por medio de un ser querido: platicábamos de cómo le preocupaba mi tristeza y ahora falta de ilusiones/brillo en mi personalidad por lo sucedido, y en medio de nuestra platica, ¡algo sucedió!, la voz de mi amigo cambió rotundamente a una voz grave pero muy dulce, respondió 3 preguntas que yo le hacía solamente a Dios en mis oraciones muy personales y que no había comentado con nadie, absolutamente con nadie, inclusive porque una de estas preguntas eran un poco infantil para compartir pero era sumamente importante para nuestra relación, me dijo: “si eres mi consentida, sigue adelante porque tengo grandes planes para ti, deja la tristeza” (¡boom!!), terminó la conversación y mi amigo salió corriendo de mi casa, lo seguí por cuadras hasta que llegue a su casa y estaba la puerta abierta, él en el teléfono con su mamá diciendo muy asustado: ¡no era yo!, ¡no era yo.! Ahí termine de entender lo que recién había pasado, y fue la confirmación más hermosa de saber que siempre que yo lo sentía desde pequeña, no era mi imaginación, ÉL había estado siempre ahí.
esde mi muy personal punto de vista, el reto de la mujer hoy en día se llama: Confusión en su identidad y valor. Hoy en día algunas mujeres “modernas” quieren el poder y/o la igualdad a fin de promover sus propios estrechos derechos a una igualdad o, aún peor satisfacer su ego y/o su capricho personal, bombardeadas por una idea equivocada de feminismo, del significado de éxito y de una idea negativa sobre que significa ser mujer a plenitud en cualquier ámbito que desee desarrollarse, volviéndose incapaz de percibir la dimensión divina de su misión y verdadero poder en el mundo. Una falta de transmisión de sabiduría entre generaciones, el poco tiempo que ahora la vida te da para meditar desde el corazón y no desde el ego, más el bombardeo constante de la mercadotecnia tato para desvalorizar a la mujer confundiendo y marcando estereotipos manipulados por intereses económicos y políticos de lo que es ser una mujer exitosa y virtuosa.
Es fácil olvidarnos de nuestro verdadero poder y el lugar en donde radica, sí, claro, el poder de su belleza interna y externa, delicadeza y autenticidad frente al hombre, en su diferenciación natural con el que asegura una complementariedad tan necesaria para el equilibrio de la humanidad, confundiendo igualdad con equidad, pero sobre todo olvidando su poder nato más elevado, el poder del amor, la mujer es la representante más idónea para personificar el poder más fuerte de todos: el amor puro e incondicional, ella nace con el en su a ADN, con su capacidad heroica de crea vida, cada vez es menos consciente (por qué así se lo hacen creer más y más) del poder de lograr entrar a un lugar y con su presencia iluminar, cambiar el estado de ánimo del lugar entero, que es capaz de con su olor natural perfumar, con una caricia dar alivio, tener en sus manos este poder que estando en su justo lugar es pacificador del mundo.
Toda mi vida ha estado llena de regalos de su parte y agradezco infinitamente ser de las personas que están atentas a verlos.
Deseo hacer conciencia y ser ejemplo de cómo todo lo que deseas se puede alcanzar siempre estando de la mano de Dios y a la Virgen, su madre, como aliada