Anna Schwaderlapp

29 años; Licenciatura en Administración Pública y Estudios Europeos; Máster en Ciencia de Cáritas y Enseñanza Social Cristiana; actividad actual: Directora de la Casa de la Familia en Schoenstatt.

¿Qué experiencias te han formado como mujer?

Solía ser un participante y más tarde portadora en el JF de Schoenstatt. Estos encuentros eran a menudo como una pequeña fuente de fuerza para mí, para poder volver fortalecida a la vida cotidiana. Había una atmósfera de completa aceptación en la que uno podía sentir que es bueno estar en el mundo. Esto me hizo sentir completamente libre. Aprendí a evaluar mi temperamento, descubrí mis fortalezas pero también mis debilidades y obtuve la motivación para trabajar en ellas. Siempre puedo recurrir a esta experiencia, incluso cuando las cosas no van tan bien en mi vida.

¿En qué parte de su vida ha experimentado a Dios?

Experimento a Dios en muchas cosas pequeñas pero también cosas grandes en mi vida. Por ejemplo, está mi primer trabajo, que me preparó bien para mi posición actual. Allí, se me abrió una puerta que no estaba buscando. O en la conversación con un amigo que no he visto en mucho tiempo y que me ayuda a cerrar otras puertas en mi vida. Está la visita a un matrimonio mayor donde me doy cuenta de cuánta alegría se puede dar cuando uno regala un poco de su tiempo.

¿Cuál es el desafío que ve para las mujeres de hoy en día?

No puedo decir lo que veo como el desafío para las mujeres de hoy. Hay tantos planes de vida diferentes para las mujeres y creo que cada una tiene sus propios desafíos. Creo que es importante que cada mujer decida por sí misma qué vida quiere llevar y qué se ajusta a su propia vocación. Podría ser un desafío no compararse con las demás. Cada una tiene su lugar en el mundo y debería ser libre de encontrarlo y trabajar allí.

¿Qué quieres cambiar a través de tu vida en este mundo?

Hace mucho tiempo que he sentido la necesidad de «salvar el mundo». Quería hacer algo grande que ayudaría a tanta gente. No tenía un plan concreto, tampoco podía tenerlo, porque ¿cómo se supone que una persona va a crear algo así y por dónde empezar? Hay tanto sufrimiento en el mundo y las cosas no van bien. Por mi experiencia, esta condición puede paralizarte un poco. Pero entonces empecé a concentrarme en las pequeñas cosas. Sé que puedo hacer algo por el medio ambiente con mi comportamiento personal, por ejemplo, si viaje menos en avión e intento evitar el plástico y cosas así. Puedo donar dinero o invertir en empresas sociales. Pero también es muy importante para mí hacer del mundo un lugar donde se pueda sentir el amor de Dios. Transmitir este amor en mis relaciones personales y mi comportamiento hacia los demás se ha convertido en mi plan, con el que no puedo salvar el mundo, pero tal vez pueda hacerlo un poco mejor.