María Belén Gómez G.

Nacida en 1994 en Asunción, Paraguay; su familia es uno de los pilares más importante en su vida, tiene dos hermanos; licenciada en Fonoaudiología; pertenece desde los 9 años; se involucró en las Misiones Familiares; está acompañando a las Encargadas que portan niñas en la Rama

¿Qué Experiencias de la vida te han impregnado como mujer? 

“Quien me mira te vea”.

Esta frase me acompaña y marca el recorrido de mi vida y pude llegar a entender con profundidad, durante mí caminar por la Juventud Femenina de Schoenstatt. Para mi, haber ingresado a la Juventud Femenina marca un hito en mi historia de vida, impregnándolo hondamente en mi Ser Mujer. Me inicie desde muy chica, crecí de la mano de María y con la pedagogía del Padre, ellos me enseñaron y educaron en el valor de la mujer y lo importante que somos. Aprendí como debemos cuidarnos y valorarnos porque somos hijas de la Reina, desde nuestra autoeducación y libertad.
El ideal de la Juventud Femenina en Paraguay es “Mujer vestida de sol, corazón de la nación de Dios”. Este ideal, fue un impulso en varias etapas de mi vida, como campanadas me resonaba y recordaba: Asemejarme a la Inmaculada. Puedo decir que caló hondo en mi interior, dejando huellas, pues cada día una se va dando cuenta el regalo de ser mujer y el valor de cuidar, tanto nuestro interior como exterior.  Estos ideales fueron pilares muy importantes y hoy puedo decir que me ayudaron, sin ser consciente, a cuidar mi vocación.

¿Dónde en tu vida has experimentado a Dios?

A lo largo de mi vida puede sentir a Dios en varias situaciones. Crecí en una familia muy católica, que desde chica me enseñó el valor de hablar con Dios (oración) y el servicio a los demás (ver a Dios en mi entorno). Me gusta poder ver a Dios en la sonrisa de los niños, en la alegría de un grupo de amigas y hasta en el amor del seno Familiar.
Pero la experiencia que fue significativa en mi vida, que pude experimentar a un Dios Padre tan cercano, fue el día que descubrir mi Vocación.
Muchas veces uno, en su afán de controlar su vida, se olvida que existe el plan divino, un plan que solo busca nuestra felicidad.
Esto me marca y sacude, porque yo creía que tenía todo bajo control, que el camino que elegí, era el camino donde yo iba encontrar mi plenitud. Pero me di cuenta que Él me mira, me elige y me llama por mi nombre. En esa mirada misericordiosa de Dios pude entender, que El, me elegía desde mi pequeñez, así tal cual soy, me fue educando y preparando mi corazón para poder comprender su voluntad. Así, Yo conocí a un Dios paternal, que solo quiere tener a su hija en sus brazos. Soy su creación, Él así me pensó y me soñó.
Hoy puedo decir que este proceso, este salto al vacío que es el inicio de mi vocación, se puede definir en una frase: “La aventura de la Vocación comienza con un alegra SÍ a Dios y se fortalece en la oración”
Porque realmente es una aventura, la que Dios nos invita a vivir, y es ese Sí alegre de ser instrumento de Dios con tu vida lo que hace querer seguir esa voluntad divina. Es ese Sí que te da paz y te impulsa a empezar de nuevo y se fortalece en ese dialogo diario y concreto con nuestro padre Dios.

¿Que ves como los desafíos de la mujer hoy?

En el mundo de hoy, vivimos el desafío más grande como mujer y juventud: permanecer fieles a los ideales propios y al de ser mujer. Menciono esto porque hoy día, nosotros los jóvenes, vivimos una vida “desechable” por así decirlo, con la teoría de “solo se vive una vez”, tendemos a probar y experimentar cosas que no van con nuestros ideales.
Cuesta mucho hoy, ser diferentes, ir contra corriente. Es más fácil permanecer en la “ola” del mundo, del hombre masa. El ir contra corriente desgasta, exige un doble esfuerzo y muchas veces nos vencen.
Los ideales del Ser Mujer, deben estar tan arraigados en nosotras mismas, pues debemos conocernos, amarnos y valorarnos, con la convicción y firmeza de sabernos elegidas y amadas por Dios. Elegir ese camino, sin importar porque corriente vaya la ola del mundo, sino elegir la corriente del ser autentica, fiel reflejo de María, que tan abandonado está en nuestra juventud, hoy.

¿Qué quisieras tú a través de tu vida cambiar en este mundo?

“Que nadie venga a ti, sin irse mejor y más feliz” Santa Teresa de Calcuta.
Comienzo con esta frase de la Madre Teresa porque estoy convencida que a través de los vínculos se puede generar una red de amor y alegría. Y así como dice la frase, mi mayor anhelo es poder ser instrumento de Dios en el lugar donde me toque estar, a través de mi testimonio y estilo de vida. Que cada persona con la que me cruce, pueda sentir esa alegría de ser hijos de Dios.
Quisiera poder ser como un escalón, un puente, para cada persona en su vínculo con Dios. Poder llevar esta gran obra de nuestro Padre Fundador, este Schoenstatt, que a mí me hizo crecer y fortalecer en toda mi integridad, para que muchos encuentren un sostén, un vínculo con la Stma. Virgen María y que, desde el santuario, broten las gracias y se haga fecundo en la vida de los demás.