27 años de edad. Casada desde hace dos años, en 2012 comenzó a estudiar para el servicio de policía superior en Hesse y ahora trabaja como oficial de policía desde hace cinco años. En este momento está asignada al departamento de investigación criminal en Fulda.
Mi tiempo en el MJF me ha influido mucho como mujer. Me influyó especialmente el símbolo de la corona. Así que trato siempre de imaginar a mis compañeros con coronas en sus cabezas, porque todos tenemos dignidad y somos hijos de la realeza. Esto también me ayuda en mi profesión a tratar a todos con respeto.
El Santuario de Schoenstatt en Dietershausen me impactó mucho desde el principio. Mi familia me crió como cristiana y como vivíamos en Dietershausen, visitábamos a menudo a la Virgen en la pequeña capilla. A menudo llevábamos flores allí cuando íbamos a dar un paseo. A medida que fui creciendo, también me involucré en el trabajo con los jóvenes, así que el Santuario se convirtió cada vez más en mi hogar. En muchos momentos de mi vida he experimentado a Dios.
Por ejemplo, una vez asistí a un festival juvenil en Oberkirch sobre Pentecostés. Al día siguiente tenía un examen de matemáticas en la escuela y por supuesto no tenía tanto tiempo para invertir en el estudio. Escribí una nota en el jarrón de peticiones, en la que pedía ayuda para el examen de matemáticas. La noche antes del examen, cuando estaba en casa, sonó el timbre. Tres compañeras de SMJ me ofrecieron ayuda con el estudio. Y fue como tenía que ser, presenté el mejor examen de la clase.
Por un lado, creo que es muy bueno que los hombres y las mujeres sean cada vez más iguales y que haya muchos que se comprometan con esto. Yo misma trabajo en una profesión que durante muchos años fue considerada una profesión puramente masculina. Pero, por otro lado, también encuentro desafiante que se les exija cada vez más a las mujeres en el mundo actual. La familia y la carrera deben conciliarse y la planificación de los hijos es considerada por la mayoría de los empresarios como una molestia.
Es difícil tratar de complacer a todo el mundo. El jefe, la familia, los amigos/conocidos e incluso uno mismo. Por eso me impresionan más las mujeres que no se dejan influenciar por ello y siguen su propio camino.
Quiero hacer más brillante la vida de los demás. Me inspiró mucho la siguiente cita de la Madre Teresa: «No te permitas conocer a alguien que no sea más feliz después de conocerte.»
En mi profesión esto no es fácil de llevar a cabo porque principalmente me encuentro con personas que viven situaciones desagradables. Sin embargo, especialmente en estas situaciones trato de conocer a todos respetuosamente y hacer que haya luz donde está realmente oscuro.
Como dijo el Padre Kentenich: “Aseméjanos a caminar por la vida, tal como tu lo hiciste, fuerte y digna, sencilla y bondadosa. Repartiendo paz y alegría. En nosotros recorre nuestro tiempo, preparándolo para Cristo Jesús.”