13 años, miembro de la Juventud Femenina de Schoenstatt, Tréveris; dos hermanos mayores; estudiante de un pequeño colegio católico en el Eifel, estado de Rheinland-Pfalzen Alemania. Aficiones: montar a caballo, bailar, tocar la guitarra y entrenar a sus burros junto con su amiga; participa regularmente con su amiga en reuniones en Schoenstatt.
Texto del video:
Sí, me gusta ser una chica y pienso que en esto no se trata de elegir. Dios tiene un plan con nosotros, ya sea como mujer o varón. Y estoy contenta por ello, me siento bien con mi cuerpo y estoy feliz de ser mujer. También porque me gustan las cosas típicas de mujeres – me encanta la ropa …
Y no por eso tengo que ser la típica chica cliché, también puedo mostrar fuerza.
¡Y es que soy única!
En la juventud femenina hay tantas otras chicas y jóvenes que vienen aquí a Schoenstatt con la misma idea, y aun así somos cada una originales; lo que nos une es que todas amamos a la Virgen, que todas simplemente nos encanta estar aquí. Para mí Schoenstatt simplemente es mi segundo hogar.
En Schoenstatt no sólo existe la juventud femenina, sino también la rama masculina. Voy a una escuela donde hay chicos y chicas, y es agradable estar en un lugar donde sólo hay chicas, pues obviamente a veces hablamos entre nosotras de cosas que no les interesan tanto a los chicos. Pero también al revés. Y creo que es bueno para ambas partes estar en un lugar donde sólo estás con chicas o sólo con chicos.
Creo que el mundo sólo puede cambiar desde el pequeño mundo de cada uno. Esto significa, por ejemplo, no hacer una gran tragedia de pequeñas tensiones y discusiones. Lo que no significa que las diferencias de opiniones no sean importantes. Según mi parecer, estas diferencias sí son importantes. Porque el hecho de que tengamos una opinión distinta expresa nuestra propia individualidad.